Del contrabando a la extorsión: el lado oscuro de la Navidad
PAULA LOYOLA SCHMIDT Directora de empresas, Consejera CCS
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PAULA LOYOLA SCHMIDT
La Navidad, una temporada de reuniones y celebración familiar, también representa un desafío mayor en la lucha contra el crimen organizado y su impacto en la economía formal y el comercio.
Ahora que se aprobó en el Congreso la creación de un nuevo Ministerio de Seguridad, es bueno recordar algunos de los efectos que tiene la irrupción del crimen organizado. Según la última Encuesta de Victimización de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), el 2023 un 63% de los locales comerciales fueron víctimas de algún delito.
“El riesgo del crimen organizado aumenta en esta época debido al mayor flujo de dinero, consumo y aglomeraciones; un alza en el contrabando; y disputas territoriales entre bandas”, entre varios otros factores.
La infiltración económica como la que deja a la vista la recién desbaratada organización “La Empresa”, donde redes criminales utilizan negocios legales como fachada para el lavado de dinero, distorsionan el mercado formal y crean una competencia desleal. Asimismo, manejan multiplicidad de negocios ilegales. La Encuesta Nacional sobre el Comercio Ilegal y Contrabando, también de la CNC, indica que el 80% de la población considera que existen mafias que se financian a través de la venta de productos falsificados o reducción de artículos robados.
Por otro lado, un estudio de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), reveló que en el 2023 las mermas operacionales en el sector retail derivadas de delitos como robo hormiga y crimen organizado, alcanzaron los US$ 253 millones, aumentando un 43% en relación con el año anterior.
El riesgo que representa el crimen organizado aumenta durante la temporada navideña debido a varios factores: mayor flujo de dinero, consumo y aglomeraciones; un alza en la demanda por juguetes, tecnología y ropa, que fomenta el contrabando y las falsificaciones; un aumento en el consumo de sustancias ilícitas, que también eleva las disputas territoriales entre bandas; más presiones del crimen sobre pequeños emprendedores y trabajadores del comercio, a los que exigen pagos por protección y la comisión de robos hormiga de mercaderías de alto valor (remedios y lencería fina, entre ellos); y un despliegue de estrategias organizadas para robos de alta escala a empresas de transporte de valores, bodegas o camiones de distribución.
En este contexto, es esencial que las autoridades y la ciudadanía nos mantengamos alertas y reforcemos las medidas de seguridad. Encuentros como el seminario “Enfoque integral a la seguridad y crimen organizado en Chile y Latinoamérica”, realizado en 2024 por la CCS han buscado compartir mejores prácticas con países de la región que están más avanzados en la lucha contra el crimen organizado. Y también campañas de concientización social como “La ruta del contrabando”, que destaca cómo esta actividad fortalece la criminalidad y pone en riesgo la seguridad pública.
Además de crear unidades especializadas contra el crimen organizado que combinen inteligencia policial, judicial y económica, promover alianzas público-privadas para proteger al comercio formal, con sistemas de vigilancia compartida y centros de atención para público y comerciantes, es necesario implementar estrategias de desarrollo local que fortalezcan el comercio formal y generen oportunidades, debilitando el atractivo del crimen organizado.
Enfrentar estos desafíos de manera efectiva será fundamental para garantizar la estabilidad económica y social a largo plazo, para que todos podamos celebrar una feliz Navidad y fiestas de fin de año junto a nuestras familias.